"En lugar de las calles y los descampados donde un día tuve la oportunidad de ser feliz, la niebla me devolvía, reflejado en el cristal, mi retrato envejecido".
UNA SOMBRA EN PEKÍN (José Ángel Cilleruelo)
UNA SOMBRA EN PEKÍN (José Ángel Cilleruelo)
Por eso hay que coger los momentos felices al vuelo, por si nunca más aletean ante nuestros ojos. Gran verdad, el tiempo pasa y felices o no, nosotros envejecemos.
ResponderEliminarUn abrazo
Exacto, Paloma, un día nos veremos mayores y ya no habrá vuelta atrás. Depende de nosotros lo que recordemos (salvo causas mayores).
ResponderEliminarbsos!
quizás el reflejo esté algo distorsionado por el efecto nebulosa, aunque el espejo, como el algodón, no engaña. bonita imagen literaria, en todo caso.
ResponderEliminarLa vuelta a los inicios hace que crezca la añoranza de lo pasado y más cuando se fue feliz.
ResponderEliminarSaludos
No fue la niebla sino su estado de ánimo.
ResponderEliminarBesos, Rosalía
raúl: Al protagonista de este libro ya le hubiese gustado ver una mera distorsión.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Bolzano.
También influye, Torcuato, por supuesto.
bsos a los tres!
Hola Lily, no soy mucho de novela romántica pero pasaré por tu blog.
ResponderEliminarbsos!